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Safari en Kenia con niños. Te contamos nuestra aventura

Safari para niños en Kenia

El verano pasado nos atrevimos a cumplir el sueño viajero de hacer un safari en Kenia con nuestros hijos de 2 y 6 años. En esta publicación os contamos todos los detalles de nuestro viaje, con recomendaciones y consejos que os ayudarán si vosotros también estáis pensando realizar un safari en Kenia con o sin niños.

Tengo que confesar, que en un principio dudábamos de la idoneidad de hacer un safari en Kenia para los niños, pero después de haber vivido la experiencia no puedo más que recomendarlo. De hecho, allí coincidimos con montones de familias, pero como nos suele suceder en casi todos los viajes, muy pocas de ellas eran españolas. Estas son algunas fotos del primer día de safari

Llegamos allí un frío y nublado 2 de agosto muy temprano. Era frío y nublado porque en esa época allí es temporada fría y aunque durante el día la temperatura es muy agradable, por las mañanas y por las noches refresca un poco. Planificamos comenzar nuestro safari en Kenia con nuestros hijos al día siguiente de nuestra llegada para aclimatarnos al país y recuperar fuerzas después de tan largo viaje. Así que nuestro plan para todo el primer día fue dar un paseo, probar la comida autóctona, cambiar dinero, bañarnos en la piscina del hotel y descansar.

Durante toda nuestra estancia, como desconocíamos el país y con los niños somos muy precavidos, siempre preguntamos en todas partes si era peligroso andar por la calle con los niños. En todos los lugares que visitamos  nos dijeron que era muy seguro, y en general, esa fue nuestra sensación durante todo el viaje, aunque claro, no no nos salimos apenas de la ruta turística. De hecho, el único peligro del que nos advirtieron durante nuestro safari en Kenia, sobre todo para los niños, fue por riesgo de toparnos con algún animal salvaje fuera de las áreas reservadas para los turistas.

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Esa noche nos acostamos nerviosos, pensando en la aventura que viviríamos en los siguientes días. Por la mañana temprano desayunamos y salimos a esperar a que nos recogieran de la agencia con la que habíamos contratado nuestro safari en Kenia en familia. Antes de las 8 de la mañana, nos recogieron en un taxi y nos llevaron hasta la furgoneta con techo abatible, en la que realizaríamos el safari. Allí conocimos a las 3 personas más, que nos acompañarían durante el viaje y enseguida comenzamos nuestra aventura.

Me preocupaba que el desplazamiento del primer día hasta el Masai Mara resultara demasiado largo para los niños. Sin embargo, los paisajes y los animales salvajes que ya vimos por el camino, antes de llegar al parque, los mantuvieron entretenidos y animados durante todo el viaje.

A los 50 minutos de salir, hicimos una parada para ver una panorámica del Gran valle del Rift, en su inmensa extensión. Un impresionante valle de más de 4.000 km de largo, que cruza África desde Yibuti hasta Mozambique.

Tras un descanso, continuamos el viaje dos horas más hasta Narok, donde paramos a comer en lo que parecía ser el restaurante donde comen muchos de los turistas que van de safari al Masai Mara. Lo dedujimos porque allí nos encontramos con varios grupos de españoles que ya conocíamos del aeropuerto y del viaje en avión y que, como nosotros habían contratado safaris en Kenia (aunque sin niños), con distintas agencias. La comida era tipo buffet y no estaba mal.

Durante todo el viaje, la base de nuestra alimentación fue el arroz. De varios tipos y acompañada siempre de carne, verdura o legumbres. Y servido con el típico pan de allí. Así pues, en lo que respecta a las comidas, no hubo complicaciones durante nuestro safari en Kenia para los niños ya que el arroz se lo comen bien.

A medida que nos alejábamos de Nairobi, el paisaje iba transformándose. Enseguida nos sumergimos en los colores de África. Las ovejas y vacas compartían espacio con las personas en cada escena cotidiana. Encontrábamos vacas descansando sus grandes cuerpos en el suelo, daba igual si en mitad de un mercado o en la parada de autobuses, mientras la gente proseguía con sus quehaceres alrededor de ellas. Yo sólo pensaba en cuando viéramos a los leones, descansando igual en mitad de la sabana.

Pronto nos adentramos en territorio masai, salpicado de pequeños poblados, con chozas hechas de barro, paja y excrementos de animales. Por la ventana de nuestro vehículo veíamos a los masais pastoreando el ganado con un palo, ataviados con la tradicional tela de color rojo atada al hombro, que caracteriza la vestimenta de su tribu. Nos pareció increíble comprobar cómo, a pesar de las disputas que han tenido con el gobierno para conservar su modo de vida, los masáis han sabido mantener su cultura y costumbres casi intactas con el paso de los años.

Pronto empezamos a ver babuinos, al borde de la carretera, y a medida que nos acercábamos al Masai Mara, comenzamos a ver algunas cebras e incluso jirafas pastando tranquilamente por la llanura. Los árboles cactus que veríamos durante todo el viaje, y las acacias poblaban el paisaje. No habíamos comenzado aún nuestro primer safari en los parques de Kenia y para los niños ya habíamos vivido toda una experiencia.

Para llegar hasta el Masai Mara, en lugar de continuar por la carretera principal, acortamos a través de varias propiedades privadas de los masais. Abajo os dejo una foto de las barreras que se fabrican con dos palos, para pedir el impuesto revolucionario a los vehículos que traviesan sus tierras ¡nos pareció super auténtico!

Finalmente, sobre las 16:00h de la tarde llegamos a nuestro campamento. Justo a tiempo para dejar las cosas, descansar un rato y ponernos de nuevo en marcha para comenzar nuestro primer safari en Kenia con nuestros hijos. Nos alojamos en el Rinho Camp. Sin grandes lujos, pero bastante aceptable por el precio. Como veis en la foto, tiene luz y baño con agua caliente dentro de la habitación. Funcionan con generador y cortan la luz por la noche, por lo que hay que estar pendiente de los horarios. Nosotros recomendamos llevar linternas por si acaso, aunque normalmente los horarios de la luz están coordinados con los horarios de los safaris, por lo que nosotros ni lo notamos.

Después de acomodarnos en la habitación, fuimos al edifico principal, donde nos invitaron a unos tés. Mis hijos salieron con su padre a buscar bichos con los prismáticos mientras yo comentaba el viaje con un compañero del grupo, pero enseguida me interrumpió un revuelo inquietante en la calle ¡mis hijos habían visto monos! Salí con ellos, y allí estaban, repanchingados por los árboles, comiéndose las sobras del bocadillo que mi hijo acababa de tirar a la basura. Kenia para los niños estaba resultando impresionante, el safari sin duda prometía.

Por fin vinieron a buscarnos, con el techo de la furgoneta levantado, para comenzar la aventura. Nuestro hotel, como casi todos los demás, se encontraba a pocos metros de una de las entradas principales al Masai Mara. Paramos en la puerta para que nuestro guía comprara las entradas, mientras varias mujeres masais nos enseñaban objetos de artesanía, que hacen para vender a los turistas. Nosotros en ese momento no compramos nada porque teníamos prevista una visita a un pueblo masai al día siguiente. Si necesitas comprar regalos o algún recuerdo durante tu safari en Kenia, en la entrada del parque y en el pueblo masai fue donde más baratos encontramos los precios.

El Masai Mara es la continuación natural de las llanuras del Serengueti en la parte de Kenia. Pero como los animales no entienden de fronteras humanas, se pasean igualmente por un lado u otro, en función de la época del año, y la abundancia de pasto para alimentarse. Es una de las reservas naturales más conocidas e importantes de África por su inmensa población de animales, ya que en su interior acoge cientos de especies típicas de la sabana. Su nombre hace referencia a la tribu que habita la zona y al río Mara que lo cruza.

Entre los animales más buscados por los turistas destacan los 5 grandes (león, leopardo, elefante africano, búfalo africano y rinoceronte negro). Sin embargo, también es frecuente encontrar gacelas de Thomson y de Grant, impalas, jirafas, ñus, cebras, topis, guepardos, hienas, hipopótamos, cocodrilos y el favorito de mis hijos, los Pumbas (facóqueros). Un verdadero espectáculo de la naturaleza que hay que ver, al menos una vez en la vida. Os dejo más fotos de lo que vivimos nosotros este primer día de safari en Kenia con nuestros hijos. Fijaros en la primera foto ¡la cantidad de animales que se ven por el fondo!

No dábamos a basto para hacer fotos, ¡mis hijos no sabían por qué lado del coche asomarse! Por todas partes nos rodeaban escenas de la naturaleza que cortaban la respiración. La parte más emocionante fue cuando encontramos a una manada de leones descansando tranquilamente. Nos paramos a un lado del camino, a pocos metros de los leones y cuando ya nos habíamos hartado de hacer fotos, nuestro guía arrancó el coche y, para nuestra sorpresa se situó ¡justo en medio de la manada! Estábamos rodeados de leones por todas partes.

El guía intentó arrancar, pero estábamos encallados en el barro. El ruido del motor intentado salir del barro pareció molestar a uno de los leones que se levantó y avanzó hacia nosotros desafiante. Por instinto cerré las ventanas, aunque teníamos el techo abierto. Transcurrieron apenas unos segundos hasta que el vehículo pudo moverse, pero fueron los segundos más inquietantes que pasamos durante todo nuestro safari en Kenia. Para los niños en cambio, ajenos siempre a todo peligro, este fue un momento emocionante. La verdad es que, mirando las fotos, tampoco se les ve muy fieros.

Esa tarde volvimos a nuestro hotel con la hora justa para descansar un ratito e ir a cenar. Al día siguiente nos esperaba un día largo y nos tocaba madrugar muchísimo. Teníamos previsto acercarnos al río Mara, para presenciar la gran migración cruzando de una orilla a otra, al acecho de los cocodrilos. Así que después de una cervecita y de jugar un rato con los monos que había por el hotel, nos fuimos a dormir acompañados por nuestros amigos los monos, a los que podíamos sentir en el tejado de nuestra habitación durante toda la noche.

Y hasta aquí el relato de nuestro primer día de safari en Kenia, con nuestros hijos. Prometo contaros el resto en cuanto tenga tiempo. Si os ha gustado, por favor no olvidéis compartir este post pulsando en los botones de redes sociales que os aparecen a la izquierda o justo abajo más abajo 👇.

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