Nosotros seguimos viajando por libre, y organizando a medida todos los viajes, pero ahora lo organizamos casi todo desde casa, antes de viajar. No sólo para garantizar la total seguridad y comodidad de nuestros hijos, que es lo más importante, sino para no tener que invertir ni un solo minuto de nuestro tiempo y disfrute familiar, en los pormenores logísticos y organizativos, durante el viaje.
Viajar con niños pequeños tiene muchas ventajas y en mi blog, espero poder contaros todas ellas. Pero como padres, no hay nada más emocionante que descubrir el mundo desde el punto de vista de nuestros hijos. Compartiendo en familia esa capacidad innata de asombro y disfrute que tienen ellos, y que viajando sin niños no es posible experimentar tan efusivamente. Los niños viven cada descubrimiento con un entusiasmo natural muy especial, del que es difícil mantenerse ajeno. Por eso como viajera, nunca he disfrutado tanto viajando, como lo hago ahora, de la mano de mi familia.
Para colmo, viajar es la mejor enseñanza que podemos transmitir a nuestros hijos. A través de los viajes, Les educamos en la diversidad cultural, inculcandoles valores como la tolerancia y el respeto por las distintas costumbres. Además, les enseñamos a desenvolverse con naturalidad en distintas situaciones e idiomas. No obstante, la preparación del viaje en sí es infinitamente más tediosa y complicada cuando viajamos con niños, que la de cualquier otro viaje.